miércoles, 28 de junio de 2017

35 veranos

Estoy aprovechando que el martes llegué hiper temprano para hacer unas cuantas entradas, no vaya a ser el Diablo y en los próximos días me sea imposible.

Pues bueno, cumplo años. Si ya cada año me acerco más a las cuatro décadas. ¿Qué puedo decir de estos años? He tratado de vivirlos al máximo, ¿Me arrepiento de algo? Ni de chiste, todo lo que me ha pasado a lo largo de los años me ha traído a este momento de mi vida y no podría ser más plena.

Siempre he estado consciente del paso de los años, de que ya tengo canas, de que ya me es más difícil bajar de peso, de que mi pequeña bebe, ya es toda una señorita; de que tengo que pararme a diario y contemplar y disfrutar los días que vivo por que en el momento en el que menos lo espere todo se habrá ido.

Nunca reniego de mi edad, ni lo vivido, ni de las experiencias de vida. Nunca reniegues del dolor, de la tristeza; esos momentos agrios y dolorosos hacen que disfrutes más intensamente los buenos momentos, si te permites hacerlo.

No sé que otra reflexión compartir por este cumpleaños, será que simplemente el tener un año más no me genera necesidad de hacer tanto alboroto, es solo el natural paso del tiempo en el cuerpo y el alma y eso no me genera conflicto.

Pasen una vida linda y feliz.

P.D. Amor, si lees esto quiero pastel!!!!

P.D. Se acepta estambre y ganchillos de regalo!!!

martes, 27 de junio de 2017

Abuelitas random

Hace unos días que no publico nada, una sincera disculpa para los pocos que me leen. Resulta que mi esposo y yo coincidimos esta semana en turnos y hemos tratado de irnos juntos casi todos los días; así que por lo general termino saliendo algo tarde de casa.

Hoy les voy a contar algo que me sucedió hace unos días saliendo del trabajo. Como ya todos saben generalmente uso el servicio público de transporte para llegar a donde sea que tenga que ir (llámese metro y ecovia). Bien, como siempre las filas interminables en la estación de mitras para tomar el ecovia y el apretujar al subir al camión ya que aún y cuando no cabe ni un alma más se las ingenian para seguir empujando hasta que casi dos cuerpos ocupen el mismo espacio.

Han de saber que ya tengo varios días en los que no llevo bolso o mochila al trabajo; intento llevar todas mis pertenencias en los bolsillos del pantalón (diría sweater pero acá hace un calor infernal). Cuando de repente siento que discretamente, casi con miedo y cautela alguien mete poco a poco los dedos al bolsillo de mi pantalón tratando de sacar mi monedero, volteo discretamente para tratar de encontrar al dueño de esos dedos preparándome para tirar golpes y empujones a diestra y siniestra aún y con el poco espacio, para mi sorpresa la dueña de esos dedos era una abuelita pasita, de esas señoras grandes de edad con zurcos en vez de arrugas y el pelo blanco opaco.

No sé si fue la impresión, la lástima o la tristeza infinita que me invadió al ver sus torpes intentos de bolsearme que solo pude murmurarle; saque su mano de mi pantalón y bájese o la bajo yo. La abuela al verse sorprendida en vez de indignarse, sentirse apena o que sé yo, solo me mira fijamente con un odio tan profundo y tan visceral que nunca había visto en mi vida. Sin quitarme la mirada saca lentamente su mano de mi pantalón, espera a la siguiente estación y se baja caminando trabajosamente haciéndose espacio entre el gentío para poder pasar.

La vi alejarse y solo pude sentir tristeza por ella, por tener a su edad que robar, por la situación económica del país; por todas esas abuelitas pasitas que no pueden disfrutar su vejez y tienen que salir a sacar para el sustento diario de la forma que sea arriesgándose a que a toparse con alguien con menos escrúpulos que yo y que las empujen o golpeen.

Y pues bueno, eso es lo que les quería compartir el día de hoy. Cuiden a sus abuelitos pasitas; que nunca anden solos en la calle que el mundo al menos aquí en mi ciudad ya no es lo que era.

lunes, 26 de junio de 2017

El ambiente laboral moderno.

Tal vez muchos no sepan pero actualmente estoy trabajando en una empresa de telemarketing en el turno nocturno. La paga es decente para el poco trabajo que hay, el horario me permite convivir más con mi familia y me ayuda a sacar el estrés diario sin que nadie salga herido.

Hace unos días, se pusieron algo intensos con las salidas al baño en turno de noche. Más de la mitad de todo el piso de trabajo se enojó e hizo alboroto. Que era inhumano, que violaba sus derechos y demás patrañas. Cabe señalar que solo trabajabamos 7 horas y de esas media hora es para comer, fumar, ir al baño y lo que te antoje.

Varios de los chicos me preguntaron que si la iba a hacer de tos, a lo que correspondí que no, no le veía necesidad a hacer alboroto por tan poca cosa. Es lógico que si en realidad tienes demasiadas ganas de ir al baño te dejarán ir. Lo que están buscando es que no se abuse ya que había gente que cada hora iba al baño y se tardaba hasta 20 minutos en volver sin estar enfermos del estómago.

A lo que voy, es que las generaciones actuales están tan acostumbradas a lo políticamente correcto y a que "no se violenten sus derechos"  que han olvidado sus mínimas responsabilidades en un ambiente laboral.

Por cierto, en mi trabajo el 90% de los "trabajadores" no pasan de los 30, nunca han tenido un verdadero trabajo donde en realidad ni chance hay de ir al baño por la cantidad de trabajo o donde terminen muertos de cansancio, bañados de sudor y con los pies y piernas queriéndote demandar. Sólo hay dos o tres personas que entienden ese concepto (de la friega laboral) y solo dijimos; está bien. ¿Por que? Por la simple razón de que sabemos que por el escaso nivel de dificultad del trabajo que hacemos realmente estamos estafando a la empresa por el salario que nos dan.


Y saben de quien es la culpa. ¡ De todos! Creamos una generación de chamacos que piensan que tienen derecho a todo sin poner nada, que no necesitan esforzarse y que las cosas tienen que hacerse a su manera.

Aguas con lo que educas hoy, tal vez te patee mañana.

sábado, 17 de junio de 2017

Dejar salir antes de entrar...


Tan sencilla que suena la frase, pero es algo utópico en nuestro servicio de transporte colectivo. En las últimas semanas por mis problemas de salud (maldito tobillo te odio por fallarme) ya no he podido usar el metro con la frecuencia de antes ya que tengo prohibidas las escaleras; pero la foto solo es una pequeña muestra de lo horrible que es a veces usar este transporte.

La idea del metro es genial, en realidad tiene la capacidad para transportar a bastantisima gente a un precio económico y que además es relativamente segura. El problema no es el transporte, el problema somos nosotros que no sabemos usarlo.

Algo tan simple como dejar salir antes de entrar se convierte en una lucha sin cuartel en las horas pico y mucho mas en las estaciones con mayor afluencia de gente. Entre gritos, empujones y codazos la muchedumbre se abre paso ya sea para salir o para entrar. Ahí en esa lucha incansable por poder ingresar o huir no existe la discriminación hombres, mujeres y hasta chamacos y niños pequeños atacan por igual.

Ya dentro (si es que vas a otra estación) viene otro problema, la aglomeración en las puertas, los vagones son tan amplios y tan poco usados ya que la gran mayoría de los usuarios se plantan cerca de las salidas generando que otra vez salir o entrar sea un popurri de empujones y trancazos.

Muchas veces a lo largo de mi corta vida he oído acerca de la corrupción, del abuso y demás de las personas que se encuentran en las esferas del poder. ¿Acaso no somos todos iguales en una menor escala? Digo, he visto personas de la tercera edad buscando con la vista desesperadamente un asiento y los que van sentados se enfrascan a leer algo sumamente importante en sus celulares, fingen tener una conversación telefónica o simplemente se hacen los dormidos y no se diga cuando alguien trae bolsas o una criatura en brazos por son castigados igual con el látigo de la indiferencia.

A que voy con todo esto, somos muy buenos para alzar la voz y los puños sintiendo impotencia por las barbaries cometidas por nuestros gobernantes cuando en realidad tenemos el gobierno que nos merecemos ya que como masa hacemos exactamente lo mismo, pero en menor escala. Cuando alces la voz para proclamar justicia haz un pequeño examen de conciencia y pregúntate que tan justo eres día a día con las personas que te rodean.


viernes, 16 de junio de 2017

Nueva etapas y valores que se pierden.



Hoy mi hija presento su examen para entrar a la secundaria, fue una experiencia interesante. Yo la verdad no recuerdo que haya tenido que hacerlo cuando entre a la secundaria, que yo recuerde fue un examen de conocimientos en la primer semana que tuve clases solo para *saber* que tan burros estábamos todos, pero nada mas.

Esta vez no, fue un examen del tipo de haber si sabes leer, escribir, sumar, restar y las tablas; lo que me lleva a preguntarme , Tan mal estamos que los chicos que entran a secundaria no saben leer?


Pero bueno, por otro lado también me di cuenta que seguimos muy mal en lo referente a lo que inculcamos a las nuevas generaciones. La hora del examen estaba programada a las 8 am, lo cual lleva a la lógica de que teníamos que llegar al menos 20 min antes. Como siempre yo y mi fijación con la puntualidad nos hicieron llegar a tiempo, pero vi con horror como siendo las 8:21am seguían llegando chamacos seguidos de sus padres para tomar el examen. Y la puntualidad? Y el compromiso como padres? Y la responsabilidad?

Excusas puede haber cientos y miles; que si viven lejos de la secundaria, que si los camiones, que si no sonó la alarma. En fin, son solo excusas para justificar el fallo que estamos teniendo. Como inculcar  a nuestros hijos acerca de la disciplina, responsabilidad y compromiso si ni siquiera podemos levantarnos temprano para llevarlos a un examen. Como podemos exigir resultados si nosotros mismos somos el ejemplo de la mediocridad.

He dormido solo 4 horas; aquí en mi ciudad el calor es infernal o duermes en la noche o muy temprano antes de que levante el sol. Me espera todo un turno de trabajo en unos cuantos minutos y solo puedo pensar en la cama que me espera saliendo y que se que sera una madrugada fresca para poder descansar a pierna suelta.

A lo que voy es esto. Si yo, con todos los problemas que me cargo y sin dormir pude hacer el esfuerzo; Que te falta a ti para poder hacerlo?

P.D. Una disculpa por los horrores de ortografía, ahora me toco sentarme en una maquina con un teclado raro y mal configurado.


jueves, 15 de junio de 2017

La dura verdad de las recaidas.



Hace ya poco mas de un año que no publicaba nada. He decidido volver a hacerlo por una simple razón. Catarsis; han sucedido tantas cosas en estos meses que he llegado a la conclusión que parte de lo que me falta para poder "volver" a la normalidad es retomar viejos hábitos que me recuerdan épocas mejores.

Yo sé que todo suena muy dramático, pero viéndolo desde una perspectiva algo egoísta ser dramática es parte de lo que me mantenía a flote ya que al no ocultar nada a nadie hacía que todo fuera más fácil de digerir y aceptar.

Hace unas semanas fui al médico por una jaqueca que no se iba y resultó que esa maldita jaqueca no era más que un indicador de mi cuerpo que las cosas no iban bien.

Me diagnosticaron hígado graso, una piedra en la vesícula y el problema del tobillo que regresó con el rimbombante nombre de "Entesopatía" (espero haberlo escrito bien), tengo semanas yendo y viniendo a las citas médicas, análisis de sangre y demás. Ya me pincharon me radiografiaron e inclusive me volvieron a sacar una resonancia.

El próximo Lunes tengo cita con el especialista que había rezado no volver a ver; para que me diga si voy a requerir otra operación o esta vez se puede arreglar con solo terapia física. Con la suerte que me cargo será cuchillo de nuevo y otra vez quedaré mal.

Estoy a menos de una hora de entrar al trabajo, de hecho esta entrada la estoy haciendo desde una máquina de aquí. No sé como me han tenido tanta paciencia, he pedido tantos días que casi por catorcena salgo debiéndole a la empresa.

Curiosamente el trabajo es uno de los pocos lugares donde me siento cómoda. Esto no quiere decir que me duela estar en casa, mi esposo y mi hija han sido de oro en estos meses, pero estar en casa siempre son prisas; que si la comida, que si las citas médicas, que si la niña ocupa X cosa, que no hay ropa para nadie mañana y la lista es interminable. En el trabajo puedo sentarme sin sentirme culpable, fumarme un cigarro, escribir estas líneas y respirar. 

En fin, trataré de seguir escribiendo líneas aunque sea para contar burradas todos los días que pueda. 

Es parte de todo no?

Seguir en movimiento.